5 RAZONES PRINCIPALES POR LAS QUE LAS BUENAS PRÁCTICAS DE FABRICACIÓN SON VITALES EN LA INDUSTRIA ALIMENTARIA
Las Buenas Prácticas de Fabricación, comúnmente conocidas como BPF o su sigla en inglés GMP (Good Manufacturing Practices), mantienen la integridad de los productos finales. Estas garantizan el cumplimiento de las normas del más alto nivel a la vez que se llevan a cabo operaciones acertadas.
Estas prácticas son igual de importantes en la industria alimentaria como en la industria manufacturera. Especialmente con la creciente concienciación de los consumidores y los problemas de seguridad alimentaria, los consumidores esperan que las empresas asuman la responsabilidad de adaptarse a todos los requisitos de seguridad alimentaria, calidad y atributos de los consumidores.
¿CUÁLES SON ALGUNAS DE LAS BUENAS PRÁCTICAS DE FABRICACIÓN EN LA INDUSTRIA ALIMENTARIA?
Las empresas del sector alimentario tienen la obligación legal y moral de crear una alimentación segura para sus clientes. Esto incluye cumplir con los procedimientos operativos básicos para adherirse a los requisitos de las BPF, tales como:
- Garantizar un entorno externo seguro y limpio de los locales de comida.
- Inspeccionar minuciosamente todos los tipos de equipos y utensilios utilizados.
- Utilizar productos químicos de limpieza, productos químicos para el control de plagas y otros lubricantes para máquinas en las instalaciones de procesamiento de alimentos.
- Garantizar un entorno 100% limpio, incluidos los locales, equipos, utensilios, suelos, paredes y techos.
- Organizar y gestionar el almacenamiento de la basura en las instalaciones.
- Inspeccionar cuidadosamente los materiales externos como la madera, el vidrio, el metal, etc., dentro del producto terminado.
¿CUÁL ES EL PAPEL DE LAS BUENAS PRÁCTICAS DE FABRICACIÓN EN LA INDUSTRIA ALIMENTARIA?
Las BPF examinan cada paso del proceso de fabricación de tus alimentos para detectar posibles riesgos como la contaminación cruzada, el etiquetado incorrecto y la adulteración, que pueden ser perjudiciales para los productos y los consumidores.
Aquí presentamos las formas en que el cumplimiento de las buenas prácticas de fabricación en la industria alimentaria puede desempeñar un papel vital para las empresas:
1. REDUCEN LOS COSTOS OPERATIVOS DURANTE LA FABRICACIÓN
Los costes operativos elevados pueden afectar negativamente en el balance final si se trata de la fabricación de alimentos. Las BPF pueden garantizar que se apliquen las mejores prácticas para fabricar alimentos. También garantizan que se lleven a cabo y se documenten procesos adecuados para producir alimentos seguros.
El hecho de ceñirse a un procedimiento estándar y documentar cada etapa ayuda a gestionar mejor los recursos y a reducir los costes operativos generales. Un proceso de gestión de la seguridad alimentaria sólido y eficaz es un signo fehaciente de una empresa sólida y sostenible.
2. CREAN CONFIANZA EN EL CLIENTE
Las Buenas Prácticas de Fabricación siguen todos los requisitos legales para garantizar que el producto final se ajuste al uso previsto.
En pocas palabras, en el caso de los alimentos, esto implica verificar que los alimentos cumplen bien con los estándares de calidad y seguridad alimentaria de la FDA, garantizando así que la comida disponible para los consumidores no está en absoluto cruda, caducada o inadecuadamente procesada.
Garantizar que se ofrece la mejor calidad a los clientes ayuda a construir la confianza ante los consumidores.
3. PUEDEN AYUDAR A AUMENTAR LA CAPACIDAD DE COMERCIALIZAR A NIVEL INTERNACIONAL
Las BPF funcionan como marco regulador en la industria alimentaria a nivel internacional para garantizar que los productos se elaboran regularmente según las normas de calidad y las especificaciones del producto.
Estas normas establecen los procedimientos que deben seguir los fabricantes para garantizar que los alimentos elaborados sean siempre de alta calidad y seguros para el consumo humano en cada lote.
De este modo, el cumplimiento de la normativa contribuye a aumentar la posibilidad de las empresas de comercializar a nivel internacional.
4. REDUCEN LA FRECUENCIA DE LOS RECLAMOS, DEVOLUCIONES, REPROCESAMIENTOS Y RECHAZOS
Las BPF en la industria alimentaria se centran sistemáticamente en la correcta inspección en todas las fases, lo que contribuye a garantizar que la empresa cumpla las expectativas de los clientes y los requisitos APPCC.
Estas inspecciones no se hacen a la ligera; la compañía alimentaria inicia una evaluación exhaustiva del lugar para determinar el nivel de cumplimiento de las BPF en las instalaciones.
Si se detecta algún problema durante la inspección, éste se rectifica rápidamente y se realiza un análisis de las causas para evitar que se repita. Por tanto, estos controles de calidad reducen el número de reclamos, devoluciones y rechazos.
5. PERMITEN REACCIONAR RÁPIDAMENTE EN CASO DE PROBLEMAS DE SEGURIDAD ALIMENTARIA
Una de las funciones más importantes que desempeñan las buenas prácticas de fabricación es la rápida toma de acciones correctivas ante problemas relacionados con el producto alimentario final.
Los fabricantes analizan los procesos de cada tipo de alimento producido, identifican los peligros conocidos o razonablemente previsibles que pueden causar lesiones o enfermedades a los consumidores, y aplican rápidamente controles preventivos (documentados en planes escritos de seguridad alimentaria) para evitar futuros problemas.
Para obtener más información sobre cómo podemos ayudarte a establecer un programa de auditoría, escríbenos aquí. En BARE creemos en el «por qué» que hay detrás de las razones, y te proporcionaremos información procesable para ayudarte a ofrecer la mejor experiencia a tus clientes.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!